martes, 30 de octubre de 2012

Feliz Jalowin, Cecilia

Si algún indeseable coleguilla te ha invitado a una fiesta de Jalowin mañana por la noche, adelante.

Cómprate un disfraz de Ecce Homo y piensa en Cecilia.

Sola en su casa, repudiada por sus vecinos. Arrepentida. Humillada. Viviendo de su pensión. La pobre Cecilia, con una vitalicia orden de alejamiento de los pinceles. Qué lástima.

Y ahora repara en los avispillas que, desde éste y desde el otro lado del charco, se están forrando estos días con la tontería. Repítete aquello de que este mundo es pa listos y convéncete de que la próxima vez tú también sacarás tajada.

Tú no eres Cecilia. Tú no perderás. Tú no darás lástima.

Ponle a tu novio (o novia) unos dientes de vampiro y vístelo de banquero. Oblígale a dormir en ataúdes forrados de dinero con el peso del sufrimiento humano sobre su conciencia. ¿Los vampiros eran inmortales o ya estaban muertos? Dicen que en Holanda ya afilan las estacas.  

Dile a un amigo que se pinte la cara de negro y móntale en una patera. Que navegue a la deriva tratando de llegar a la Europa de las oportunidades. Que se muera en la orilla y sea quinta noticia en el telediario segunda edición.  Ahora quítale la pintura y súbele a un cayuco con alas. Destino: España no, claro. Pero para no volver nunca, ¿eh, Pampillón?

Juega a tinieblas en Manhattan o, si te pilla lejos, acércate al Gobierno Valenciano. Allí tampoco hay luz y el huracán se llama Gas Natural Fenosa. Las consejerías que se han quedado a oscuras son Justicia, Bienestar Social y Agricultura. Los mayas se están riendo de nosotros.

Víste a tu padre de zombie y mételo en la tumba de un diplomático español asesinado en la dictadura de Pinochet. La condición de la justicia española para ponerse a investigar es que los genocidios se cometan con un océano de por medio.

Y si no tienes ganas de disfrazarte, pues tú verás lo que haces. Siempre puedes ir de cara, entrar en la fiesta al descubierto, limitarte a decir la verdad y que te metan en la cárcel. O que te quemen vivo. Eso ya va por barrios.

Feliz Día de Jímen… de todos los Santos.     



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